Lo duro que es ser demócrata...

Cuando estuve una semana por Gredos este verano, resultó que coincidí con Julio y Concha, dos amigos de Madrid con orígenes por la zona. Como rojiverdes impenitentes que son, se dedican a dar la matraca también allí a los gobernantes locales ante irregularidades urbanísticas y otras cacicadas. Y nos contaban que, en una de las reuniones previas a llevar un asunto a la vía judicial, para hacerle entrar en razón, el alcalde del pueblo en cuestión les espetó algo así como "bueno, eso lo dirá la ley de España o de la Junta, pero en este pueblo he ganado yo las elecciones". En fin, no tengo buena memoria para estas cosas, pero el caso es que el hombre, quién sabe de qué oscuro y preconstitucional pasado, no podía concebir que, encima de que se sometía al voto popular, no pudiera hacer lo que le viniera en gana una vez que hubiera ganado.

Pues resulta que una concepción parecida de la democracia y el imperio de la ley tiene también el alcalde de Valladolid, al que para mi pesar estoy convirtiendo en protagonista de este blog. Ya he venido contando en otros apuntes que entre vecinos, ecologistas, ciclistas e izquierdounidos le venimos amargando unos cuantos asuntillos vía tribunales. También he hablado en concreto del aparcamiento de Portugalete, cuyas obras están paralizadas por decisión judicial tras recurso nuestro, debido a incumplimientos legales.

Pues bien, resulta que sin que haya nueva decisión judicial ni se haya probado nuevo proyecto, se han vuelto a empezar los trabajos en la zona, y quieren terminarlo para navidades. Pese a que hemos presentado soluciones para que la paralización no afectase a la superficie, a la plaza, y que ello se debe a la obstinación en no separar ambos proyectos ni reconvertir el aparcamiento para uso residencial, por la zona nos siguen echando la culpa de las molestias provocadas (o eso interesa que parezca en ciertos medios). Y como ellos vuelven a la carga, nosotros seguramente también; no nos queda otra.

Y es aquí donde volvemos sobre lo de la concepción de la democracia que tienen algunos. Antes de las elecciones, el alcalde tenía una obsesión: no se cansó de repetir en campaña (para nuestro regocijo por la propaganda gratuita) de que debido a nuestra oposición en estas materias nos íbamos a quedar fuera del Ayuntamiento. Como quiera que ni de lejos ha sido así, la nueva cantinela es que "queremos ganar en los tribunales lo que no nos dieron las urnas" (ya hablé de ello aquí), o que recordemos que el PP cuenta con 15 concejales e IU con 1. Como si tiene usted los 29, oiga. ¿Tan difícil es entender que las normas legales están por encima de los programas políticos? O las cumplen ustedes o hacen lo posible por cambiar previamente las normas, que tan difícil no lo tienen.

Siento repetirme, pero me obligan: no hace falta tener ni un solo concejal para recurrir sus decisiones, porque no hablamos de política, hablamos de respeto de la legalidad; de una legalidad, además, en la que ellos han pintado bastante más que nosotros. Si lo han hecho todo conforme a la normativa no tienen nada que temer; sus nervios me hacen pensar que volvemos a tener razón, para desgracia de los vecinos de la zona.

Comentarios

Pedro ha dicho que…
Buen articulo sobre el tema. Desgraciadamente me temo que la concepción que este tipo de alcaldes (y no solo del PP, que de todo hay por ahí) tienen la concepción de que la participación ciudadana y su nivel de decisión se reducen a votar cada cuatro años y que despues ellos pueden hacer lo que les venga en gana ya que ellos "ganaron".

Un saludo,

Pedro.