Lealtad institucional

En el anterior apunte ya avisé de que hoy el alcalde me ha dado material por partida doble. Yo no sé qué le pasa a la versión digital de El Norte, que de vez en cuando se le arrejuntan las noticias, pero prueben a ver este enlace y comiencen a leer sobre la mitad donde dice Izquierda Unida (casualmente).

Si no son de Valladolid no han entendido casi nada, ¿verdad? Como creo que por ahora los visitantes del blog son más bien de fuera, les pongo en antecedentes. Lo del alcalde con los aparcamientos subterráneos es verdadera devoción. Y hay unos cuantos que, por aquello de desincentivar el uso del coche para mejorar la calidad del aire, pues le damos la tabarra. Y ya no solo por eso, sino porque no son capaces ni de respetar sus propias normas aprobadas por la mayoría absoluta que tienen desde 1995.

En otras ocasiones llevamos estas cosas a contencioso, pero nos dieron la razón tarde, cuando los aparcamientos ya estaban en funcionamiento. Y ahí siguen. Pero hete aquí que una vez le pararon las obras a tiempo, e incluso le declararon nulos todos los acuerdos en relación con el aparcamiento de Portugalete (ver monográfico). Imagínense ustedes: durante toda la campaña electoral la zona más céntrica de Valladolid levantada, con los comerciantes echando chispas... Y anda que no le hemos dicho veces que se arreglaba con hacer las plazas de residentes en vez de rotatorias. Pero ya comentaba en el anterior apunte que don Javier es pertinaz.

Pues ya ves, entre lo del atrio y esto (y unas cuantas más), está de nosotros hastas las narices. Y encima vamos ayer y advertimos a los vecinos que el aparcamiento que han aprobado para La Antigua es posible que también sea ilegal y que se pueden ver en problemas si compran ya las plazas y luegos los tribunales lo anulan. Y el hombre, que sufre mucho, pues lleva mal lo del trámite de audiencia pública y se le escapa en prensa que "sabemos o intuimos que estos colectivos presentarán sus alegaciones el último día, como suelen hacer. Son siempre los mismos los que dicen lo mismo, aunque bastante bien asesorados desde dentro de la casa". Que digo yo que si sabe lo que vamos a poner qué más le da que sea el último día; además para la respuesta que suelen dar, pues que las vaya escribiendo.

Lo de que somos siempre los mismos es cierto (somos pocos pero valientes), pero en lo de que siempre decimos lo mismo la culpa es suya que se obstina en infringir las mismas normas.

Pero el punto jugoso está en lo de estar bien asesorados desde dentro de la casa. Afirma don Javier que hay una "absoluta falta de lealtad institucional (por parte) de algunos técnicos de esta casa que firman a título personal las alegaciones que presentan estos colectivos". No sé exactamente a qué se refiere, pero faltaría más que uno por ser funcionario de una Administración no pueda ejercer sus derechos como ciudadano presentando, no ya recursos, sino alegaciones frente a sus proyectos. Máxime cuando sé de buena tinta que se presiona a muchos técnicos para que adecúen su trabajo (técnico, valga la redundancia) a los deseos políticos del equipo de gobierno, ya sea para ajustar un presupuesto, sacar más edificabilidad o hacer tal o cual informe. ¿Qué menos que un desahogo ante tales desatinos al salir del trabajo?

Dice por último don Javier que algunos tienen "que buscar cualquier subterfugio para conseguir en los tribunales lo que no consiguen en las urnas". No hombre, no; si fuera cosa de diferencias de programa, los tribunales nos mandarían a paseo. En esos casos, nos quedamos con nuestro triste pero digno votito en solitario en el pleno. Si nos hacen caso en sede judicial será porque ustedes no llegan ni al mínimo de respetar las normas que pueden modificar a su antojo con comoda mayoría.

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