Esta vez sí, voto útil

Se lo crea quien se lo quiera creer, por primera vez en mi vida he recapacitado, y mucho, mi voto. O, mejor dicho, sigo haciéndolo, aunque ahora ya lo tengo casi claro. Es algo que no me había pasado jamás, nunca he dudado ni un segundo, con candidaturas mejores o peores. Siempre a Izquierda Unida y solo a Izquierda Unida. Y esta vez, sin embargo, a pesar de que se presenta el candidato que más me ha gustado jamás a unas generales, he dudado y finalmente traicionaré mi corazón (o mis tripas) para votar con la cabeza.

En los últimos tiempos lo que el cuerpo me pedía era coger un grapadora y meter en el sobre la papeleta de Podemos y la de Unidad Popular. Voto nulo, pero con mensaje: yo habría querido votar algo que uniera lo que representan estas dos opciones. Sin embargo, se quedaría en poco más que el ejercicio de mi derecho a la pataleta, la verdad. Sería un voto totalmente inútil toda vez que el mensaje que mandaría ya lo he transmitido una y mil veces, ya fuera al viento o directamente a las personas que debían haber protagonizado esa confluencia que yo, como tanta otra gente, deseaba.


La razón de haberme llegado a plantear malgastar así mi voto es la enorme y paradójica frustración con la que vivo esta cita electoral. En lo general, y sin entrar en consideraciones de fondo sobre programas, discursos, etc. es un hecho que la izquierda va a lograr el mayor número de escaños de la historia. Pero a la luz de lo que nos hemos permitido soñar, del escenario único que se nos presentaba, tengo una sensación de oportunidad perdida, aunque los resultados fueran mejores de los que cabe esperar hoy. Y, más en lo concreto, odio el dilema en el que nos han puesto a tanta gente en circunscripciones como Valladolid, en la que sabemos que Unidad Popular tiene casi imposible sacar representación y la de Podemos es asequible pero no segura. Si nos decantamos por la primera opción sabemos que nuestro voto servirá de poco en lo inmediato, algo que jamás me ha importado cuando era una barricada de resistencia ante el bipartidismo, pero que me cuesta más en el momento en que se derrumba. Y más cuando creo que no se han hecho los deberes suficientemente bien para ser una opción ilusionante y de verdadera unidad popular. Pero si votamos a Podemos sabemos que estamos premiando a quienes han hecho aún menos por la unidad, a quienes han preferido arriesgarse a quedarse fuera en solitario antes que cargar con "lastres" que otros creemos que habrían servido para arrarncar escaños al bipartidismo. Y a quienes ni siquiera se toman la molestia de buscar algún referente aglutinador de esta tierra y prefieren pedirnos que votemos a gente que no sabe ni dónde queda el Campo Grande.

Una vez superada la deriva nihilista intento canalizar mi frustración hacia algo que resulte práctico y que me motive para afrontar la noche electoral con ilusión. Y por ello he decidido hacer voto útil. Pero no pensando en el reparto que saldrá en la noche del 20-D sino en el escenario que se abre justo a continuación. Así es que he optado por Unidad Popular.

"¡Vaya novedad!", pensaréis. Uno que no se ha movido de IU desde que echó los dientes, votando la candidatura que apoya IU. Pero aseguro que es algo que he dudado, y mucho. No es ningún secreto que he estado muy disconforme con la actuación de mi organización en todo el ciclo electoral que se abrió en las europeas, hasta el punto de dudar de si era una herramienta útil a la que dedicar esfuerzos. Porque, efectivamente, si me afilié nada más cumplir la mayoría de edad es porque consideraba que IU era la mejor herramienta para tratar de construir un proyecto de transformación social en nuestro país. Lo pensaba en 1998 y lo he tenido claro hasta hace nada, como prácticamente todo el mundo. Pero, como ya dije en su momento"Izquierda Unida, tal y como la conocemos, ha agotado su recorrido como proyecto (...) una fuerza que pretendía aglutinar a todo el tejido sociopolítico crítico a la izquierda del PSOE se ve obligada a reinventarse toda vez que no es el único actor en ese campo, ni siquiera el mayor".

En ese reinventarse tengo la mirada puesta cuando pienso en mi voto. La cuestión es disponer de herramientas útiles para la transformación y me importa poco cómo se llamen. Creo que después del 20-D debemos construir algo nuevo, pero creo es imprescindible que IU tenga un peso y un papel en su construcción. Y cuando hablo de IU no hablo de su estructura, sus dirigentes, etc. sino fundamentalmente de su bagaje, de lo que representa aún para cientos de miles de personas, de lo mejor de su cultura política. Hay mucho que desterrar y enterrar, pero no se puede tirar el niño con el agua sucia. Si esa cultura política muere, la alternativa que se pueda construir será más débil. Por eso quiero que Unidad Popular logre una representación digna en el Congreso, a ser posible con un Grupo Parlamentario y para que ello sea posible cuentan los votos en todas las provincias.

Pero insisto: ese grupo no es para mí un fin en sí mismo, ni mucho menos una mera fuente de ingresos para sostener el esqueleto organizativo de un partido. Debe ser la garantía de presencia de una corriente política cualitativamente imprescindible y de la continuidad en el medio plazo de un liderazgo como el de Alberto Garzón que va más allá de las fronteras de su organización. Pero ese liderazgo debe servir para afrontar una apuesta decidida y urgente por aportar nuestro bagaje a la construcción de un movimiento popular amplio. Y hay que aportar con la humildad de quien ha llegado varios meses tarde a todas sus asignaturas pendientes. Supo poner por escrito una buena lectura del momento histórico tras el 15M en su X Asamblea Federal pero ha mostrado una ineptitud manifiesta para actuar en consecuencia. Se hablaba (p.34) de tener "la audacia necesaria para formular un proyecto distinto de sociedad y de país en el que la inmensa mayoría de ciudadanos pueda verse reconocido, un proyecto no solo para la izquierda sociológica, sino para amplias capas sociales en contradicción de intereses hoy con el neoliberalismo". Se parece a discursos que algunos ahora rechazan, ¿verdad? De hecho se mencionaba (p.35) la necesidad de dotarnos de un nuevo "instrumento sociopolítico", de ampliar las fronteras de IU al calor de la efervescencia post-15M para forjar el "Movimiento Político y Social que hemos teorizado como único sujeto realmente capaz de liderar y realizar la necesaria construcción de un sistema alternativo que hoy, por primera vez en mucho tiempo, la mayoría social reivindica como imprescindible". Era hora de entender que no se trataba de manejar un proceso controlado, sino de dejarnos desbordar.

Sin embargo, a nivel general se estuvo muy lejos de esa audacia que se reclamaba, como se pudo ver en las elecciones europeas. Solo en las municipales las asambleas locales más dinámicas y abiertas supieron leer con inteligencia el momento y apostar de verdad por candidaturas basadas en la unidad y la participación ciudadana, como de hecho ya se había teorizado en aquella Asamblea en 2012 (ver p. 57-58). Pero, no nos engañemos, en otros muchos sitios lo que hubo fueron simulacros de candidaturas de confluencia. La mayoría de dirigentes de IU y gran parte de su militancia no han sido capaces de impulsar o participar de procesos realmente abiertos sin tratar de tenerlos bajo control o de admitir las renuncias e inconvenientes que una apuesta unitaria necesariamente conlleva. No hemos sido capaces de salir de nuestra "zona de confort" y la candidatura de Unidad Popular, con su tortuosa gestación y su exigua pluralidad final es muestra patente de nuestras limitaciones.

Como decía, hemos llegado tarde a todo. Se rechazaron y ningunearon las primarias abiertas antes de las europeas para hacerlas obligatorias en cuanto pasó la cita. Se evitó tomar medidas en la crisis de Madrid antes de las municipales y autonómicas con la intención de evitar fracturas, para acabar interviniendo después y conseguir que gran parte de los actores en conflicto estén hoy fuera de IU, de uno u otro modo. Se descartó en 2014 cualquier candidatura que no dejara clara la absoluta preeminencia de IU para acabar en 2015 bajo las siglas de una desconocida Unidad Popular a cambio de prácticamente nada.

No obstante, mi decepción con Podemos no es menor. Nunca he ocultado que muchos de sus análisis y algunas cosas que han hecho merecen mi admiración. Pero del manifiesto "Mover ficha" hasta hoy ha habido tal cambio que el proyecto me merece cada vez más recelo. No por purismo, pues estaría dispuesto a sacrificar cosas por una opción realmente ganadora y transformadora, sino porque la sobredosis de realpolitik aplicada tanto en lo interno como en lo programático ha sido tal, que no puede uno sino dudar de cómo de resbaladiza sería la pendiente que pisarían si realmente tocaran poder. ¿Hace falta renunciar a tanto y asumir el peligro de dejar el legado de una izquierda organizativamente débil y culturalmente desarmada? Aunque se explique con tanto rigor, tengo mis dudas de si no va antes la estrategia y después la justificación.

En lo organizativo, es descorazonador que el movimiento que puso en la agenda las primarias abiertas y las convirtió en casi obligación para el resto haya acabado con fórmulas clásicas de fichaje para mejorar sus listas con personas destacadas. ¿Por qué no haber promovido que se presentaran a las primarias, en las que con seguridad habrían arrasado? Pero resulta algo naïf preguntar esto cuando en general los procesos de elección, internos y externos han resultado bastante "tramposos". No más que muchas otras fórmulas usadas por otras fuerzas anteriormente, pero no a la altura desde luego de la expectación que generó inicialmente ni de lo que otras experiencias municipales sí pusieron en marcha de forma ejemplar. Sin embargo, el origen fundamental de esa praxis es una extrema debilidad organizativa que ha llevado a usar fórmulas en las que la decisión final fuera lo más previsible posible. La urgencia de las citas electorales "no permitió" solventarlo mediante el fortalecimiento de sus estructuras territoriales y la participación ciudadana que marcó su primera campaña, y ante esa carencia prefirió atraer hacia sí a cuadros de movimientos sociales o, fundamentalmente, de IU. Así, al conflicto político para dicha formación que supuso la aparición de Podemos, se le sumó un serio problema organizativo al perder efectivos y generarse una posterior caza de brujas en busca de futuros "traidores". Supongo que con este post gano aún más papeletas.

Pero a las renuncias en las formas siguieron otras en cuestiones de fondo. Excluyo de ahí las cuestiones meramente comunicativas, las que tienen que ver con usar un lenguaje y no otro, participar en tales o cuales programas y demás cuestiones que han provocado ríos de tinta. Esas son opciones que, aún con muchos matices y dudas en algunos casos, considero acertadas y audaces. A lo que me refiero es a cuestiones realmente de contenido. Al cambio de discurso en materias como el impago de la deuda o la "nacionalización y socialización de las empresas energéticas", elementos centrales de su manifiesto inicial. Al abandono de la idea de un proceso constituyente porque la cosa no está madura, como si no fuera tarea de las fuerzas políticas hacer que eso madure.

Y a la crítica a los intentos de control de IU de los procesos de unidad no puedo sino oponerle la mezquindad con la que se ha comportado Podemos en ese mismo terreno en muchos lugares en las municipales, en las autonómicas y posteriormente en las generales. Son el pez grande, ponen las reglas, de acuerdo, pero las condiciones han sido draconianas. Yo lo he intentado entender políticamente, pero hay también algo de falta de fraternidad en una actitud tan implacable.

Quiero pensar que el frenético calendario electoral está en el origen de la mayoría de errores que se han cometido hasta aquí, y que por tanto tras las elecciones se abre un escenario nuevo, de debate más reposado. Será momento entonces para dejar de echarnos cosas en cara y hacer un trabajo de empatía. De reconocimiento de que sin una izquierda organizada como IU en los últimos treinta años este país estaría mucho peor y seguramente otras experiencias no habrían sido posibles. Pero también de que Podemos ha abierto brechas que nadie había sido capaz de abrir hasta ahora y de incorporar a sectores sociales nuevos. Y miremos también a las experiencias municipales, a las candidaturas ciudadanas que serán también actores decisivos en la recomposición sosegada de un espacio que, se quiera o no, es inevitablemente compartido. Saquemos lo mejor de todas las experiencias y terminemos de construir una herramienta que sirva para movilizar, para tejer sociedad alternativa, para promover el cambio cultural y que construya sobre esa base de poder popular el definitivo asalto institucional. Mi deseo es que el resultado de las fuerzas de cambio sea suficiente para mantener la brecha abierta y para evitar mayorías reaccionarias. Pero aunque, como confío, se desborden las encuestas, en el "mejor" de los casos iremos a una legislatura corta e inestable. Habrá una segunda oportunidad y debemos llegar mejor y con la máxima unidad posible a ella.

Si se está por la labor, podéis contar conmigo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Joder, si es bastante más fácil: no votar JAMAS a partidos del régimen monárquico, otanistas y que llevan genocidas en sus listas. Tan complicado es?
Ignacio Blanco ha dicho que…
Ya sabes que compartimos análisis de la situación y voluntad de afrontarla unitariamente. La semana pasada escribí con otros compañeros que "en enero empieza todo". Mañana publico otro artículo para decir algo parecido de una manera más...
cascarrabias ha dicho que…
repaso un poco a mi manera; si no recuerdo mal, para formar grupo parlamentario hacen falta un minimo de 5 représentantes y un 5% de votos (validos? ) a nivel nacional (o 15% en cada una de las circunscripciones por las que te presentas) ; si no se cumple esto, existe una mesa que a veces deja y otras no hacer un grupo parlamentario (!!!) ; por otro lado, el parlamento que sucedera al rodillo de rajoy no va a ser la plancha de iglesias, con todos sus incondicionales ocupando los escaños, pese a que en pro del asalto a los cielos dejara todo por el camino (o gracias a ello!!!)... decia, el proximo parlamento va a estar formado por muchos grupos.. pero seguiran teniendo mayoria los que prefieren tener voto ligado al territorio (los dos clasicos y los regionalistas-nacionalistas) por lo que no es de esperar que las reglas cambien a votos de igual valor para la proxima cita; en algunos temas (fraking?) la correlacion de fuerzas puede estar Igualada, pero creo que en general la derechona va a seguir en mayoria (pp/upn/ciudadanos-psoe-pnv-cdc-cc), por lo que votar pensando en la correlacion de fuerzas parlamentaria no tiene mucho sentido; podemos reniega de la izquierda para poder optar a otros electorados, mientras iu mantiene la bandera de la izquierda..que creo que en este momento es importante; ergo todo voto vale para defender la bandera de la izquerda; y aparte, hacer calculos pensando en la geometria parlamentaria es complicado, no sabes lo que van a votar los demas, por lo que puede que un voto a podemos sea un voto perdido (por tener ya un escaño en esa circunscripcion y quedar muy lejos el segundo) mientras que uno a iu sea util, pues permita a estos, ademas del 5% (no se contabilizan los de Galiza y paisos catalanes? supongo que no...) alcanzar un escaño en esa circunscripcion (oeste de andalucia, asturies y el segundo por Madrid? cuanto es el techo soñado de posibles? ).... y tambien para pagar deudas antiguas de IU, para que el agujero negro no le devore... juan, sabes donde se pueden consultar los candidatos de cada circunscripcion?
Ignacio Blanco ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ignacio Blanco ha dicho que…
Mi artículo de hoy, donde quiero decir casi lo mismo de otra manera: "Pesadilla y sueño para el 20D" http://www.eldiario.es/cv/opinion/Pesadilla-sueno_6_461313900.html
Daniel Conde ha dicho que…
No he terminado de leerlo, pero esperaba un análisis más en profundidad, por lo menos, sabiendo con la información que cuentas.
Un saludo.
Daniel Conde ha dicho que…
No he terminado de leerlo, pero esperaba un análisis más en profundidad, por lo menos, sabiendo con la información que cuentas.
Un saludo.
Administrador ha dicho que…
Pues no sé si te pillo, Dani. Me he extendido más en unas cosas y menos en otras, pero no sé en qué tema crees que tengo más información. No obstante, estoy abierto a sugerencias para nuevos posts
Administrador ha dicho que…
Pues no sé si te pillo, Dani. Me he extendido más en unas cosas y menos en otras, pero no sé en qué tema crees que tengo más información. No obstante, estoy abierto a sugerencias para nuevos posts
Anónimo ha dicho que…
Lo que yo no entiendo es como tantos compañeros que han resistido durante decadas los cantos de sirena del psoe hayan salido ahora disparados a la velocidad de la luz hacia un destino tan incierto y que, por la deriva que están teniendo (ojalá me equivoque), van a hacer bueno incluso al partido socioliberal obrero español.
Miguel Angel ha dicho que…

Llamamiento para el día después.

http://socialismo21.net/llamamiento-para-el-dia-despues/

descarga (1)En unos pocos días concluirá este frenético año electoral, sin embargo el espectáculo no habrá terminado. En breve contemplaremos los juegos de poder entre la vieja élite política y los nuevos partidos, entre los intentos de recambio del régimen anterior bipartidista, para que todo siga igual, y la apertura de un periodo de inestabilidad política.

Las elecciones han sido un paréntesis engañoso; lo han dicho claramente los representantes de la Comisión Europea: la economía española todavía no está “sana”. Para los eurócratas es necesario una nueva oleada de recortes en el gasto social para alcanzar los objetivos de déficit y deuda.

En resumen, la crisis que afecta al reino de España seguirá su senda hacia la barbarie. Lo hará en todas sus dimensiones: política, territorial, social y económica.
http://socialismo21.net/llamamiento-para-el-dia-despues/