Como
terminaba diciendo en el anterior post, no basta con aspirar a un triunfo electoral
(ya de por sí complicado) de alguna opción que rompa con la “política única”. Podemos fantasear con una situación extrema en la que podría llegar a darse una masiva transferencia de
voto a la desesperada desde los partidos mayoritarios hacia una opción
alternativa. Pero aún así sería todo un regalo envenenado, por dos motivos:
- En primer lugar, porque se le exigirían unos resultados inmediatos muy difíciles de obtener. Como decíamos ayer, el escenario real es gestionar la miseria con una soberanía limitada.
- En segundo lugar, porque las presiones desestabilizadoras que surgirían desde todo tipo de instancias serían difícilmente soportables únicamente con “voto prestado”. Basta ver el revuelo mediático, diplomático, económico, etc. que se levantó ante la mera posibilidad de que en Grecia ganara quien no podía ganar.
No
pretendo con ello llegar a la desalentadora conclusión de que ni tomando el
poder hay alternativa. Lo que afirmo es que tomar el gobierno no es tomar el
poder. Seguramente, es condición necesaria, aunque solo fuera para cambiar el rumbo de
algunas decisiones con efectos inmediatos sobre las vidas de las personas. No
podemos confiarlo todo a un proceso constituyente, que para ser realmente
democrático debe ser pausado, y mientras tanto olvidarnos de las necesidades
materiales. Pero, siendo condición necesaria, no es condición suficiente, si ese
gobierno no puede salirse de los estrechos márgenes en los que se encorseta a
la “política posible” hoy. Y no puede desbordar esos márgenes en solitario, por
las trabas que apuntaba antes y porque el poder no está únicamente, quizás ni principalmente, en las instituciones
representativas.
A
ver si consigo no hacerme un lío: no podemos combatir el poder real desde el
poder sometido. Es decir, si hay gente que no deja ni siquiera a Rajoy, que es "de
los suyos", que afloje una miaja (siquiera sea para que no se descalabre
electoralmente), ¿qué iba a poder hacer un gobierno de gente común y con ganas
de tocarles los privilegios?. Quizá es más lógico pensar que también es
necesario actuar desde el contrapoder social, porque el dominio efectivo sobre
nuestras vidas no se ejerce solamente desde las instancias de gobierno. Si nos
han podido someter a este enorme chantaje que está resultando ser la crisis es
precisamente porque nos han hecho dependientes de su engranaje. "A la mierda los
bancos", sí, pero a día de hoy nuestros escasos ahorros no están en otra parte. "Ya
está bien de empresarios chupasangres", sí, pero aún no hemos sido capaces de
generar alternativas de subsistencia al margen de su “espíritu emprendedor”.
Sin
trabajar en el terreno de alternativas financieras, productivas, de consumo,
etc. el poder real tendrá plena capacidad de chantajear al mejor intencionado
de los gobiernos a través de las vidas de la bienintencionada ciudadanía que le
votó, que sufrirá los efectos del boicot patronal.
Propongo
una tarea enorme, hercúlea, lo sé. Pero lo bueno es que no hace falta esperar a
escenarios tan improbables como un seísmo electoral, sino que se puede trabajar
en ello ya. Más aún, se está trabajando ya.
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