Fiscalidad, Estado y economía verde

Pocas veces suelo hacer esto en el blog, pero hoy toca fusilar artículo ajeno. En estos tiempos de crisis en los que Zapatero de cara a la galería reivindica el papel del Estado para salir de la misma (será a golpe de ayudas a las obras de urgencia y la compra de coches, que es todo economía verde), es conveniente recordar que ha sido precisamente él quien ha contribuido a dejarle absolutamente inerme. Y como Juan Carlos Escudier lo hace muy bien, pues yo lo recomiendo efusivamente. Un extracto:



Igual se bajaba el IRPF para demostrar que no sólo el PP sabía hacerlo y porque, al parecer, era de izquierdas, que se suprimía otro, el del Patrimonio, para que Tomás Gómez, la apuesta socialista por Madrid, sacara pecho ante Esperanza Aguirre. Se hicieron capas con sayos. La deducción de los 400 euros podía ser un día una merecida pedrea electoral para el esforzado contribuyente y, al siguiente, convertirse en la medida estrella en el combate contra la crisis, llamada entonces desaceleración. Ya con la hucha vacía y en pleno desvarío, se argumentó que subir los impuestos indirectos –los que pagan por igual el rico que el menesteroso- también era progresista, porque al tratarse del tabaco y de la gasolina, elevando su precio se velaba por la salud y por el medio ambiente. Aquí, como se ve, ha valido todo.

Como consecuencia de algunos de estos desatinos, de acuerdo con la Memoria de la Agencia Tributaria, el Estado dejó de ingresar 19.540 millones de euros en 2008, de los que 4.100 millones correspondieron a la deducción de 400 euros, 1.090 millones al cheque-bebé, 2.400 a la reforma del IRPF que redujo del 45 al 43% el tipo máximo de gravamen y 5.520 millones a las rebajas en el Impuesto de Sociedades. A ello, y para este año, habría que añadir los 1.800 millones a los que se renunció al dar la puntilla al extinto impuesto sobre el Patrimonio.

Comentarios

Pablo ha dicho que…
es alucinante