Asamblea Federal (I): anécdotas y optimismo antropológico

Inicio con este apunte una serie de cuatro que pretendo realizar en torno a la Asamblea Federal de Izquierda Unida de este pasado fin de semana: no sé si he terminado de digerirlo e igual sería mejor hacer como Gorka, pero igual hasta me sirve de terapia. Empezaré por una reflexión sobre aspectos más o menos anecdóticos o aislados que me han llamado la atención como experiencia personal; seguiré por un balance general del desarrollo y resultados; a continuación irá una explicación de la toma de decisiones que me han correspondido en particular; y terminaré con algunas propuestas para salir del stand by, como dice Toni.

Comenzaré con el anecdotario casi por el final. Terminaba la sesión del domingo con lágrimas en los ojos, con una gran sensación de frustración. Hoy lo veo todo mejor, pero eso será cuestión de otro apunte diferente. Comentábamos en aquel momento que el discurso de Cayo confirmaba mi impresión de estos meses: que es, fundamentalmente y al margen de otras virtudes o deméritos, una buena persona. "Quizás este debería ser el momento de las buenas personas" comentaba nuestro concejal, Alfonso. Otro del que yo destacaría sin duda esa virtud.

¿Hay mimbres en IU para hacer una transición apoyada en buenas personas? No lo sé. No me quiero referir ahora a la composición de nuestra dirección, sino a cómo vivimos estos procesos buena parte de la militancia, al menos mucha de la más implicada que participa en las Asambleas. Las decisiones que tomen arriba serán inútiles si no son refrendadas por la actitud corresponsable del resto. Y he visto estos días a una militancia capaz de lo mejor y de lo peor.

Hemos podido ver cómo personas de muy diferentes tendencias consolidaban con trabajo una trayectoria de buen rollo y utilidad para el proyecto desde ILoveIU: la gente de los blogs han hecho un estupendo trabajo de seguimiento que ha obtenido sus frutos (me refiero a las visitas, no al titular del artículo al que lleva este enlace). Lo que no es capaz de hacerse desde la organización, oficialmente, lo toma la gente en sus manos y lo hace. Para beneficio de IU. Igualmente ha sido increíble el trabajo de decenas de personas voluntarias que han hecho de servicio técnico, han servido la comida, han trasladado material... Y las gentes de IU de Rivas que han planificado la organización simplemente nos han dejado la asamblea mejor montada que yo recuerde. Y la más barata y coherente con nuestros principios.

También entre delegadas y delegados podemos señalar méritos. Salvo excepciones, el buen rollo ha sido la nota dominante, muy lejos de la impresión que a veces podemos trasladar a la gente de fuera. Y como buena muestra, la fiesta de gente joven, organizada por Jóvenes de IU-CM, el sábado por la noche, o el vídeo preparado, que se pudo ver el domingo, reflejando el trabajo de la juventud en todos los territorios. Somos una misma cosa y lo reivindicamos. Ojalá empecemos a construir ese orgullo común de IU que tanto nos hace falta. Y tenemos pegamento para ello incluso en lo simbólico: genial el auditorio unido a coro mientras esperábamos la fumata blanca entonando El Pozo María Luisa o Bandiera Rossa. Y, por encima de todo, el unánime y sostenido aplauso en pie en homenaje a un alcalde que se ha convertido en patrimonio común y emblema de la dignidad: Manuel Fuentes, de Seseña.

Yo soy de los del optimismo antropológico. Creo que la gente es buena por naturaleza. Puedo forjar teorías explicativas de la mayoría de los comportamientos antisociales, individualistas, agresivos... Pero no puedo explicar la inmensidad de buenos actos que se realizan sin una contrapartida evidente. Solo por empatía, por solidaridad. Creo que eso es aplicable muy especialmente a la gente de IU, porque esos actos abundan.

Pero no nos libramos de los condicionantes de todo tipo que llevan a actitudes muy reprobables. No puedo comprender cómo tuvimos que parar la Comisión de Estatutos para pedir a la gente que no estaba adscrita a la misma (cada delegado tiene su comisión) que abandonase la sala. No sé si salió todo el mundo, pero sí sé que desde mi asiento junto a la puerta vi entrar aún a otra compañera que se tapaba la credencial con el bolso. Demasiado tarde, amiga.

Tampoco me gusta la cultura que atraviesa la organización en cuanto a la participación en los plenarios. Esas demostraciones de fuerza que solo sirven para tensionar, como aplaudir en pie, de manera casi marcial. Los abucheos o gritos, aislados pero relativamente frecuentes. La goleada en el aplausómetro de las intervenciones sobre temas internos frente a los estrictamente políticos.

Y por último, desde luego, nuestra incapacidad para gestionar la pluralidad y la participación en candidaturas de otra manera. Concentran casi toda la atención y ahí no nos salvamos casi nadie. Además son objeto de tensiones, de desprecios... Y por supuesto, sigue premiándose la absoluta fidelidad y pesando la desconfianza hacia todo aquel que pueda entenderse con quienes no sean estrictamente los suyos.

Con todo esto quiero decir: ¿somos justos cuando criticamos a la gente que nos representa por pelearse, por intrigar, por hacer cosas que no nos parecen bien? ¿Acaso no hacemos lo propio y no les trasladamos lo mismo? ¿Hacemos algo por evitarlo y cambiar el rumbo de las cosas?

Aunque no lo parezca, salgo optimista de la Asamblea. Ya me explicaré. Pero no está mal que empecemos por la autocrítica.

PD: Tengo que pedir disculpas, porque la agitación de estos días ha podido llevar a que estuviera menos agradable de lo que me hubiera gustado con mucha gente. Hay mucha gente a la que mi timidez tampoco me ha dejado saludar, a pesar de conoceros de ILoveIU, del Foro IU o de Facebook. Me quedé sin pasar por la sala de bloggers y es imperdonable. Mil perdones a todo el mundo.

PD 2: La foto se la he cogido prestada a Manolo Ruda. Espero que no le moleste.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Por favor, coja todas las fotos que desee don Juan,