Puestos de trabajo y nuevas contradicciones

Los puestos de trabajo de Renault en la factoría de Valladolid están otra vez en aire. Hace no demasiado ya hubo amenazas y salimos a la calle, con una reivindicación que nunca me termina de convencer: más carga de trabajo.

A primera vista, la cosa es simple: una empresa multinacional hace ajustes a su antojo ante una supuesta situación desfavorable que, lejos de suponer pérdidas, simplemente supone haber ganado menos de lo que esperaban. Eso se puede cobrar puestos de trabajo de la gente que nada tiene que ver con las decisiones de la empresa de fabricar o no este modelo u otro, promocionarlo y conseguir venderlo. Y, en casos como este, con una trascendencia social impresionante, ya que no exageraría mucho si dijera quede esa factoría, entre puestos de trabajo directos e indirectos, depende media provincia. Todo esto ya lo decíamos hace dos años.

Pero quería llamar la atención acerca de las contradicciones de fondo que se nos plantean a las gentes de izquierda en este momento de la historia. Una importante sería la siguiente: ¿por qué hemos de defender con más ahínco los puestos de trabajo de la gente más cercana? No entremos ya en las cuestiones respecto a la división internacional del trabajo, las condiciones de las gentes del Sur del planeta, etc. Quedémonos un poco más cerca. En el problema de la factoría de Valladolid parece que algo tiene que ver el hecho de que hace unas semanas Sarkozy llegara a un acuerdo con la empresa de matriz francesa para que los puestos de trabajo no corrieran peligro en el país vecino. Para una persona como Sarkozy eso es lógico, pero ¿debo yo defender que deben mantenerse los puestos de trabajo vallisoletanos más que los franceses? Evidentemente, uno puede irse a una posición de máximos y decir que no hay por qué optar, pero ante la situación concreta el dilema es complicado.

Igual nos pasa a la hora de buscar soluciones. Soy extremadamente crítico con la política de subvencionar empresas que a la hora de la verdad no tienen especial compromiso social ni de ningún tipo con el territorio donde se instalan. Esto que está tan de moda de que el Estado salga al rescate del mercado viene siendo práctica habitual en pequeñas dosis: cada vez que se amaga con crisis en algún sector, la respuesta que se demanda, de forma casi unánime, de la Junta de Castilla y León es la de algún acuerdo que casi siempre pasa porque la administración ponga dinero. Quedamos sometidos al chantaje: si no se quieren despidos, hay que poner dinero público. Pero, una vez señalado el rechazo a esto: ¿qué medidas nos quedarían en el supuesto de tener la responsabilidad de decidir? ¿No subvencionar y apechugar con los despidos? No deja de ser consecuencia, como las preguntas del párrafo anterior, de la época de la globalización, del paso de la fábrica fordista a la desintegración de los procesos productivos y las posibilidades de dumping social de las empresas en ese marco. Nos tienen en sus manos.

Y una última reflexión. ¿Debemos apoyar a cualquier tipo de industria para que tenga carga de trabajo y así mantener la forma de vida de las personas que trabajan en ella? Por reducir la cosa al absurdo, no creo que fuera razonable que estuviéramos en contra de eliminar la pena de muerte solo porque ello mandase al paro a quien ejerciera la noble tarea de verdugo. Desconozco si los problemas por los que pasa la automoción (no parece que esto o esto sea casual) tienen que ver con la crisis energética. Pero el imparable aumento del parque automovilístico mundial desde hace unas décadas no es precisamente un valor a mantener; no creo que sea necesario explicarlo.

Dicho todo esto: ¿cómo enfrentarnos a este tipo de situaciones sin caer en una especia de chauvinismo obrero y encontrando soluciones no contradictorias con nuestras ideas? Sobre este tipo de cuestiones en concreto deberíamos reflexionar y mucho, porque creo que están en el centro de la crisis de la izquierda.

Comentarios

Pablo ha dicho que…
lo que nos devuelve al ojo del huracàn: es contradictorio el nacionalismo de izquierdas? es federalismo?

En cualquier caso, creo que en el asunto FASA lo que va a pesar es el corazon y el miedo al paro por encima de cualquier consideracion internacionalista y esto dentro y fuera de la izquierda.

Renault es una empresa francesa, y por lo tanto siempre estableceran pactos excluyentes con el pais de origen antes que con cualquier otro.

Totalmente de acuerdo en que hay que replantearse pedir mas y mas en lo laboral sin pararse a pensar en si queremos mas o preferimos mejor. El ejercito tambien es uno de los principales empleadores del pais, no?
esta claro que en algun momento se iran ajustando estas cosas en funcion de los nuevos valores de la sociedad, la duda es si la iniciativa la tomara el mercado o los ciudadanos.
Edu ha dicho que…
El tema es bastante espinoso planteándolo como vallisoletano consciente de que su ciudad a la que tiene un cierto aprecio depende de una manera brutal de FASA (no exageras ni un ápice).

Al tratarse de una empresa de tal calibre parto de la base de que no hay formas reales de intervenir en las decisiones de la cúpula (a nivel local, se entiende, si desde la izquierda no mantuviéramos una cierta esperanza global por mal que pinte el panorama alguno hace ya tiempo que dedicaríamos toda ilusión al fúrgol). Partiendo de aquí hay un gran número de pequeñas empresas que trabajan para Renault y a las cuales quizás haya que prestar más atención en vez de seguir cediendo al chantaje indefinidamente. Como ejemplo pienso en la cantidad de empresas de i+d+i de Boecillo que nacieron trabajando para FASA y que actualmente han conseguido diversificar mercado de una manera más o menos efectiva. Y que por tanto se verán menos perjudicadas en el momento en que más tarde o más temprano FASA definitivamente cierre.

En resumen, creo que habría que preparar los botes para cuando el barco se hunda. En cualquier caso mucha gente quedará dentro del barco... Y tengo muchos amigos, familia y familias de amigos/as dentro... Así que aunque me suponga muchas contradicciones políticas creo que habría que retrasar el hundimiento lo máximo posible.

(Un año siguiéndote continuamente y por fin me decido a postear, el hecho de que no pueda comentarte mis impresiones en persona el finde que viene hace que no me quede más remedio... Bien mirado, no hay mal que por bien no venga.)