Por lo que estudié en su día parece que todos tenemos tendencia a elegir aquellos medios de comunicación cuyo discurso le rechina a uno menos. A mí me ocurre especialmente, de manera inconsciente. Con este bronca del Rey con Chávez he huido absolutamente de los medios de comunicación y me he refugiado en los blogs, y más concretamente en los más afines. Juro que no es sectarismo, sino que debe de ser una bombillita en mi subconsciente que cuida por mi salud.Porque es que ha sido bajar la guardia y ponerme del hígado. Me habían ido diciendo que el comportamiento de la prensa había sido vergonzoso, considerando la salida de tono como un refozamiento de la figura del monarca. Increíble. Ayer por la noche hacía zapping y me encuentro en A3, durante unas décimas de segundo, con un sujeto que decía que ya era hora de que alguien pusiera en su sitio a ese dictador; y aplauso enfervorecido, claro está. La bombillita del subconsciente reaccionó a tiempo.
Pero hoy, ya más valiente, me he dado una vuelta por los periódicos digitales, para ver otras noticias, pero el asunto aún colea. Y llego al 20 minutos, que mediante una fiabilísima técnica estadística (la misma que ha llevado a IU al Gobierno en el blog de Don Ricardo) se ha sacado de la manga el siguinte titular: 10-N: El día que el Rey se metió en el bolsillo a muchos españoles. O sea, que siete de cada diez de sus lectores a los que les ha dado por pulsar el botoncito han opinado que "Sí, debía reaccionar ante sus insultos". Y nos lo ilustran con los interesantísimos comentarios de Matt, Respeto, Culebre o Socialista. Tampoco se puede objetar que sea una información distorsionada: 20 minutos es así de cutre con todo.
"Algunos políticos y periodistas españoles empiezan a adquirir modales imperiales en sus relaciones con América Latina. Cerramos nuestras fronteras a los americanos que quieren venir a España a trabajar porque ya hay demasiados, pero queremos que ellos abran los suyas para que nuestros capitales no encuentren ningún obstáculo (...) Mucho más de lo que a nosotros nos pueda parecer, todo gira en torno a lo que la prensa anglosajona llamó los nuevos conquistadores, las empresas españolas que dominan el sector servicios de algunos países. Ignoramos que cuando el usuario de allí se enfurece con la empresa que le da el teléfono, el agua o la luz enseguida piensa en los españoles. Un grupo de multinacionales tiene al final más influencia en la idea que esos pueblos tienen de España que lo que puedan hacer la embajada o el Instituto Cervantes, el rey o el presidente del Gobierno. Tenemos que pensar en ello y escuchar lo que nos tienen que decir. Es decir, no podemos hacerles callar."
Comentarios
Dices que conoces poco Venezuela. Me asombra tu tino, si es cierto que tan poco la conoces. Como tú, también vivo en Valladolid, pero tengo estrechas relaciones con aquel país. Estoy completamente de acuerdo con todas y cada una de tus palabras.
El mismo trabajo lento, pero constante, de manipulación que nos ha llevado a los españoles a ser todos monárquicos (o juancarlistas, que gustan más de decir otros), es el que se afana en hacernos ver a Chávez como lo que no es, un dictador que no cuenta con respaldo social alguno.
Cuando te refieres al proceso que tiene lugar en Venezuela como una de las primeras experiencias de transformación social profunda que se hace con pleno respaldo democrático, una vez tras otra, no podrías haberlo descrito mejor.
Termina Raul Zelik su libro Venezuela. Más allá de Chávez con estas palabras: Dadas las circunstancias, en los años venideros será más importante que nunca apoyar la continuidad del proceso de transformación venezolano -esa peculiar primera revolución reformista del siglo XXI- y defenderlo contra una presión internacional cada vez más agresiva. Esto lo escribía en 2004. Tres años después, seguimos comprobando lo acertado de esta advertencia.