Busque, compare, y si encuentra algo mejor...

Suena el móvil. ¡Qué número más raro! Descuelgo:
- ¿Diga?
- Buenos días, ¿es Juan Peña Ruiz?
- Eh... sí, soy yo.
- Buenas, le llamo de Fincas Corral. (Maldición, debí ponerme mejor el pasamontañas cuando, en un alarde revolucionario, grité ante aquella inmobiliaria: "¡Sois todos unos mangantes y unos desgraciados!"). Le llamo porque hemos localizado un piso que quizás pueda ser de su interés.

¿Ein? Hombre, algo había oido de que el sector inmobiliario andaba con una pequeña recesión, pero no pensé que llegaran al punto de andar llamando puerta por puerta rogando que les alquiles un piso. Yo no sabía nada de esa empresa, al margen de los anuncios de la tele, pero vaya usted a saber: cuando anduve buscando algo para alquiler me encontré con un montón de supuestos particulares que luego resultaban ser agencias, y lo mismo tenían mi teléfono de una de esas.


-Perdone, es que no recuerdo haber hablado antes con ustedes y además ya he encontrado un piso hace unos meses...
-Ah, de acuerdo, le llamaba porque figura usted como demandante piso en la Sociedad Pública de Alquiler. ¿No está usted interesado entonces, no?
- Eh... no, lo siento.
- Nada, muchas gracias, buenos días.
- A usted, buenos días.

¡Anda, ahora recuerdo! Cuando andaba buscando piso para alquilar me habló mi hermana de esa sociedad, del Ministerio de Vivienda, y rellené un formulario por internet, sin demasiada fe. ¿Pero por qué narices me llaman, 7 meses después, desde Fincas Corral y no desde la famosa SPA? Vaya usted a saber, qué cosa más rara...

Esto pasó como en Julio o así. Hoy he podido entender la anécdota gracias a Roberto. Resulta que esta sociedad capta las viviendas a través de colaboradores privados que, como no, se llevan un buen pico del asunto. Y además, con las fabulosas repercusiones sobre
este servicio público que las eventuales crisis inmobiliarias pueden ocasionar por funcionar con actores privados: el artículo de Roberto lo explica estupendamente.

Algo sabe además del asunto, porque trabaja en el programa Bizigune. Más o menos como lo del Ministerio, pero bien hecho, como casi todo lo que están haciendo en Vivienda en los últimos años los compas de Ezker Batua, como Pablo, Fernando, Javier, el otro Javier...

En fin, que aunque Pablo cuenta que hay mejores intenciones para los meses que quedan de legislatura, creo que el balance general es de fiasco total. Y encima, cuando en una Comunidad socialista abren el debate e intentan seguir la buena senda que abrió el Gobierno Vasco, pues dice papá Solbes que cuidadín, que ya hay bastante incertidumbre y eso de garantizar derechos por ley abre un futuro aún más incierto para los que importan; o más bien, les asegura que el margen del beneficio será menor. Pero, si la patronal vasca (que no son precisamente hermanistas de la caridad) no se ha alzado en armas contra esa panda de bolcheviques que hemos sentado en Vitoria, ¿por qué no se va a poder generalizar?

P.D.: Cuidadito con lo que me ponéis en los comentarios, a ver si va a venir Ramoncín y se me va a caer el pelo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Roberto lo explica clarito y bien. Casi nada que ver entre el sistema SPA y el sistema BIZIGUNE. Entre una simple intermediación, totalmente subcontratada (SPA) y una verdadera intervención en el mercado de vivienda vacía con una fuerte subvención para el inquilino -convirtiendo el alquiler en SOCIAL- sin efectos inflacionistas para el propietario y con recursos públicos para no subcontratar lo que Roberto llama el "core bussines" de su negocio, la captación de viviendas vacías.

Gracias por los halagos a nuestro equipo. Por cierto, el enlace a mi página no está bien: es

http://arkimia.nireblog.com/
robertoC ha dicho que…
Los de la SPA no se lo han montado nada bien al subcontratar la actividad, pero anda que los de Fincas Corral... Imagino el mosqueo que tendrías hasta que te dijeron que llamaban en nombre de la SPA. Espero que con el cambio en el Ministerio, incluida la dirección de la SPA, mejoren los resultados, aunque mucho tienen que cambiar las cosas. Y, sobre todo, tienen que hacer un programa atractivo para los posibles inquilinos.